sábado, 7 de julio de 2007

págs. 18/19 del texto del Libro "El valor de educar" de Fernando Savater.
"...como individuos y como ciudadanos tenemos perfecto derecho a verlo del color de la mayor parte de las hormigas, y de gran número de teléfonos antiguos, es decir, muy negro. Pero en cuánto educadores no nos queda más remedio que ser optimistas, ¡ay¡. Y es que la enseñanza presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido para ejercitarse. Quien no quiera mojarse, debe abandonar la natación; quien sienta repugnancia ante el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos...) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento. De todas estas creencias optimistas puede uno muy bien descreer en privado, pero en cuanto intenta educar o entender en qué consiste la educación no queda más remedio que aceptarlas. Con verdadero pesimismo puede escribirse contra la educación, pero el optimismo es imprescindible para estudiarla...y para ejercerla. Los pesimistas pueden ser buenos domadores pero no buenos maestros. Y aquí está la explicación del título de mi libro. Hablaré del valor de educar en el doble sentido de la palabra "valor": quiero decir que la educación es valiosa y válida, pero también que es un acto de coraje, un paso al frente de la valentía humana. Cobardes o recelosos, abstenerse. Lo malo es que todos tenemos miedos y recelos, sentimos desánimo e impotencia y por eso la profesión de maestro- en el más amplio sentido del noble término, en el más humilde también- es la tarea sujeta a quiebras psicológicas, a depresiones, a desalentada fatiga acompañada por la sensación de sufrir abandono en una sociedad exigente pero desorientada. De ahí nuevamente mi admiración por vosotras y vosotros, amiga mía. Y mi preocupación por lo que os -nos- debilita y desconcierta..."
Perdón por lo extenso pero me pareció valioso compartirlo. María Elena

1 comentario:

María Presso dijo...

Muy interesante lo que dice Savater. Y sólo en este fragmento!! Me dan ganas de comprar el libro
María Presso